domingo, 10 de noviembre de 2013

Factores que influyen en la innovación

Me parece que hay un tema fundamental a la hora de hablar de los factores que influyen en la innovación y que al señalarlo en este post puede animar el debate posterior. Se trata de la relación entre innovación y tecnología. Algunos autores afirman que “si bien hay muchas áreas de innovación: educación, salud, etc., estas de forma parcial o incluso total se apoyan en el mundo tecnológico”. No les falta razón, sobre todo cuando sustenta su afirmación citando el componente tecnológico de las innovaciones disruptivas más recientes. Por su parte, hay quien reconoce que “lo primero que nos viene a la mente (al hablar de innovación) son las nuevas tecnologías, los avances informáticos y sofisticados, pero (…) debemos entender que no sólo es innovación lo que abarca este terreno”. Esos mismos despliegan un argumento muy interesante: “No debemos olvidar que se puede innovar en metodologías educativas, en formas organizativas, en las estrategias que se llevan a cabo en una empresa”. En esta misma línea se mueven quienes hablan de la innovación de “andar por casa”, y lo ejemplifican tanto en el ámbito de una empresa como en el ámbito de una persona singular. En ambos casos, lo esencial para que se pueda hablar de innovación es que exista un “proceso que introduce un cambio en la forma de hacer las cosas y que persigue una mejora”. En la misma tesitura se sitúan los que concluyen citando tres características de la innovación entre las que incluyen la siguiente: “la innovación no está restringida a desarrollos tecnológicos”.

Ciertamente, en la actualidad es habitual asociar la innovación y la tecnología. Sin embargo, es muy importante mantener cierta cautela con esta vinculación. En efecto, la actitud contraria puede conducir al error de pensar que cualquier inversión tecnológica es innovación, o que cualquier oportunidad de mejora se alcanza con éxito a base de poner medios tecnológicos. Si nos situamos en el ámbito docente, hay evidentemente “cambios en las formas de aprendizaje y muchas con ocasión de los avances en tecnologías. (…) Veo innovación cuando un centro de enseñanza se decide (…) a utilizar recursos comunes en la nube”. En efecto, afirma más adelante: “vencer la tendencia a funcionar como siempre, viendo las posibilidades (…) que se abre con la tecnología es avanzar un pasito”. Un "pasito" sin duda, siempre encuadrado dentro de un proceso que no termina nunca.

En definitiva, pienso que el problema de equiparar innovación y tecnología es que puede conducir al error de dar por concluida la innovación, es decir, a un argumento del tipo: “hemos aplicado una revolución tecnológica luego ya somos de hecho innovadores”. Al contrario, la innovación debe entenderse como una actitud siempre latente. No en vano, en el ámbito empresarial se habla de “cultura de innovación” que indica el continuo esfuerzo por estar siempre a un nivel de competitividad adecuado. Igualmente, a nivel personal, la innovación se traduce en una predisposición positiva al cambio, siempre con vistas a alcanzar una mejora, en la adquisición de una nueva competencia, de algo útil y valioso.

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